Las encimeras de cuarzo son una elección popular para muchas cocinas debido a su durabilidad y estética. Si quieres mantener el brillo de tu encimera cuarzo, lo primero que debes saber es que, a pesar de su resistencia, no son indestructibles. El cuarzo, compuesto generalmente de un 90% de cuarzo natural mezclado con resinas, ofrece una superficie no porosa que previene la absorción de líquidos, pero puede perder brillo si no se cuida adecuadamente.
Recuerdo haber leído en un informe que el cuarzo, aunque resiste manchas mucho mejor que materiales como el mármol o el granito, no es completamente inmune a ellas. Aunque las marcas como Silestone y Cosentino ofrecen garantías de hasta 25 años, recomiendan evitar productos de limpieza abrasivos que puedan opacar la superficie. Usar limpiadores suaves con pH neutro es el camino a seguir.
En una encuesta reciente, se descubrió que un 65% de los propietarios de encimeras de cuarzo no saben que las altas temperaturas pueden afectar el brillo y la integridad del material. Por eso, siempre utilizo un salvamanteles cuando coloco ollas calientes. La exposición excesiva a calor puede causar manchas irreversibles, y aunque los fabricantes indican una resistencia al calor de hasta 150°C, es mejor evitar riesgos.
El mantenimiento diario también es crucial. Limpio mi encimera con un paño suave y agua tibia a diario, eliminando cualquier residuo que pueda causar desgaste con el tiempo. En caso de derrames de vino o café, los seco inmediatamente; he leído que aunque el cuarzo es más resistente que otros materiales, la limpieza inmediata previene problemas a largo plazo.
Finalmente, una empresa de diseño de cocinas sugirió usar toallitas de microfibra para evitar rasguños, lo que he implementado en mi rutina semanal. Con estos cuidados sencillos y conscientes, la belleza y el brillo de mi encimera de cuarzo se mantienen, reflejando la luz con la misma intensidad que el primer día si cuidado adecuado se da.